una historia de viaje
En julio de 2016 salí de Montreal en bicicleta con muchas ganas de explorar el mundo y expandir mis horizontes.
De vez en cuando me detenía en un albergue y hacía postales con flores que recogía en el camino para deleite de mis amigos en el extremo receptor.
Poco a poco y país tras país, adquirí nuevas habilidades y experimenté con diferentes estilos, técnicas y materiales.
Es en América del Sur donde comencé a trabajar con cuero, aprendiendo de los artesanos de las provincias por las que viajaba y haciendo llaveros para ofrecer como una pequeña muestra de mi agradecimiento a las personas que conocía.
Finalmente, saqué mis herramientas de mi mochila y me instalé en la hermosa isla de Gran Canaria. Allí encontré un lugar ideal para elaborar una variedad de objetos inspirados en la fauna, la flora, los paisajes y la vida de la isla.